Ofrecer al socio/cliente una revista es ofrecer un valor añadido y dotar al club de un instrumento de comunicación muy valioso que cumple unos objetivos más ambiciosos que los canales ordinarios –y necesarios– de comunicación (web, boletines electrónicos, tablones de anuncios, etcétera).
Desde Atodaplana reivindicamos la revista en papel y os decimos por qué. Y es que, además de la función meramente comunicativa, con una revista bien concebida conseguimos otros objetivos fundamentales para el club:

Jerarquizar la información: Algo tan difícil de conseguir en los medios electrónicos está en la base de la concepción de cualquier medio escrito: titulares a 1 o a 5 columnas; grandes aperturas o una pequeña foto; la situación en las primeras o en las últimas páginas, etcétera, son instrumentos que ayudan a diferenciar los temas más relevantes de las informaciones menos significativas.

Permanencia en el tiempo: Todos sabemos lo rápido que desaparecen las informaciones en un blog, lo efímero que es un boletín electrónico en la bandeja de entrada o lo difícil que es mantener en la portada de la web una información. ¡Qué fácil de conseguir con una revista en papel!

Archivo de la historia del club: Probablemente, cuando el club cumpla 25 o 50 años, se planteará revivir su historia y plasmarla en un libro, en una publicación o… en un artículo en su web. La revista se convertirá en el mejor aliado para llevar a buen término esta misión, muy difícil de sustituir por una memoria digital. (Tras 25 o 50 años probablemente la web habrá pasado por varios servidores y diferentes versiones; la información, probablemente en formato blog mezclará sin ningún tipo de criterio distintivo un campeonato de fin de semana con la construcción de un nuevo campo de golf, por ejemplo, algo que, desde una perspectiva histórica tiene poco sentido).

Poner en valor las inversiones, actuaciones o decisiones de la Dirección del club o de algún grupo de socios, analizando y aportando datos difíciles de transmitir en una breve nota digital.

Potenciar la utilización de los servicios del club (restauración, escuelas deportivas, tienda, etcétera), a través de reportajes, entrevistas, testimonios, etc.

Imagen y prestigio. Cada canal de comunicación del club debe ser un reflejo de la imagen que quiere proyectar. En el caso de la revista, como soporte material, esto queda aún más patente y sitúa al club que edita una revista en el nivel de las grandes entidades y corporaciones que obsequian a sus socios/accionistas con un canal de comunicación exclusivo, no accesible para personas ajenas a la entidad.
Hasta la empresa más pequeña tiene una web. Pocas pueden ofrecer una buena revista a sus socios.


Transmitir los valores y la imagen del club: no hay mejor medio que una revista para dar visibilidad a esos valores intrínsecos del club, a través de las personas que mejor los encarnan o de las actividades en las que mejor se plasman.

Propiciar un clima de convivencia armónico, generando comunidad entre los socios, al compartir experiencias, fotografías, resultados de competiciones.

Acercar el club al hogar de cada uno de los socios, ligándolo a su esfera familiar y privada.

Llegar a todos y cada uno de los socios, incluidos aquellos que, por el motivo que sea (por ejemplo, la edad) no están familiarizados con los medios electrónicos o, sencillamente, prefieren no recibir mensajes en su email personal.

Fidelización y captación de nuevos socios/clientes. Todo ello nos ayudará, finalmente, a fidelizar a nuestros socios y a captar a nuevos socios y clientes.